El domingo de Ramos de 1886, el cura Cayetano Galeote asesinó de tres disparos al primer obispo de la Diócesis de Madrid-Alcalá, Narciso Martínez Izquierdo. El juicio fue un espectáculo mediático que demostró que Galeote había matado al obispo porque estaba como un cencerro. Fue el primer juicio con psiquiatras de la historia madrileña. Galeote fue condenado a muerte, pero se lo cambiaron por pasar el resto de sus días en el manicomio de Leganés.
El tribunal que enjuició al presbítero Cayetano Galeote fue pionero entre los juzgados madrileños a la hora de valorar el informe pericial de un psiquiatra. Cayetano Galeote Castillo, cura amancebado y sordo de 47 años, había matado de seis tiros a Narciso Martínez Izquierdo, el primer obispo de la Diócesis de Madrid-Alcalá, en la puerta de la catedral, por un quítame allá esas misas. El cura Galeote, a falta de otra cosa que estrenar, inauguró su carrera criminal. Fue una forma peculiar de celebrar aquel domingo de ramos de 1886, pero ¿quién somos nosotros para juzgar a un hombre ofendido y humillado e incapaz, gracias a su sordera, de escuchar la respuesta a sus preguntas? Para juzgar al cura Galeote ya estaba su conciencia y la Audiencia provincial. La primera le impidió probar bocado y, durante unos días, en comisaría, se alimentó solo de café con leche. La Audiencia le condenó a muerte, pero como quedó demostrado que el móvil del crimen se encontraba en el parecido del estado mental del clérigo con un rebaño de cabras, la pena capital fue conmutada por el encierro de por vida de Cayetano Galeote en el manicomio de Leganés.

Escucha la historia completa en el podcast del Gabinete de curiosidades del Doctor Plusvalías.
